lunes, 1 de diciembre de 2008

El fantasma de la noche

Hace dos semanas, del 17 al 19 de noviembre, tuvo lugar en la Universidad de Huelva el III Seminario de Conservación del Lince Ibérico.


El lince ibérico (Lynx pardinus) se ha llegado a considerar la especie de felino más amenazada del mundo. Es una especie endémica de la Península Ibérica, con una población de unos 100 adultos, confinados en dos núcleos aislados, la sierra de Andújar y Doñana. Se trata de un animal altamente especializado, con un 90% de su dieta basada única y exclusivamente en el conejo. La crisis pasada desde los años 80 por este pequeño mamífero que dio nombre a España para los romanos a causa principalmente de la mixomatosis y la neumonía hemorrágica vírica (NHV) han llegado a diezmar en oleadas consecutivas la población de conejos de esta tierra de conejos. Todo esto unido a la caza furtiva de unos cuantos salvajes, los envenenamientos de otros salvajes, y, sobre todo, la destrucción del matorral mediterráneo, feudo natural del lince, a causa de otros... en fin... de otros, han conseguido que el lince haya quedado reducido a ese apenas centenar de ejemplares en todo el mundo, que se dice pronto.

Por esta razón, los científicos durante décadas han dado por extinto al lince, dado que todas las circunstancias que han conducido a esta situación, se han unido a la peor de las amenazas de una especie reducida en ejemplares y confinada en núcleos cerrados: la consanguinidad. La variabilidad genética es la base del desarrollo de una especie. La hibridación, la mutación, el intercambio genético, el mestizaje son los que durante milenios de evolución han dado lugar a la variedad biológica que tenemos en este planeta.

Pero, lejos de todas las aciagas y apocalípticas previsiones de la comunidad científica, en dicho Seminario ha corrido una brisa de esperanza. Gracias a los grandes esfuerzos de muchos profesionales, y gracias a los fondos LIFE de la Unión Europea, se están comenzando a ver frutos de años de investigación. El programa de cría en cautividad está evolucionando, consiguiendo desde los tres primeros cachorros nacidos en 2006 a los trece que han visto la luz del mundo en este año 2008. Esto, unido al intercambio de ejemplares silvestres entre las dos poblaciones linceras importantes para conseguir la variabilidad genética, y a iniciativas de creación de corredores verdes entre Doñana y Andújar, parece que está dando lugar a un pequeño mantenimiento de la especie. Lejos está el sueño de decir que el lince se encuentra fuera de peligro, muy muy lejos, pero al menos, un pequeño rayo de esperanza ha surgido.

También se va a realizar, a principios del año que viene, la repoblación lincera de una nueva zona, ya que los dos núcleos de población se encuentran saturados por su reducida superficie. Así pues, dentro de poco se podrán ver linces en la provincia de Córdoba.

Además nos llega la noticia de la presencia de este bello animal en los Montes de Toledo, con al menos quince ejemplares localizados, zona en la que se había dado por desaparecido al felino.

Por tanto, una sonrisa, una esperanza, un sueño que puede volver a ser realidad. No puede haber nada tan maravilloso como la presencia de este magnífico animal en nuestros matorrales. Al menos yo no querría morir sin poder disfrutar de un encuentro con los pinceles y patillas de este furtivo fantasma, este señor del monte mediterráneo.

2 comentarios:

Samu dijo...

mmm... a riesgo de hacerme impopular...

el lince, a pesar de su porte y significatividad, siempre me pareció un animal torpe, anclado en una forma de vivir poco evolucionista: no puedes pretender permanecer como especie si tu mayor fuente de alimentación es una única especie que no tienes en exclusividad (conejos, que abundarán por rachas, pero que son el alimento de otras muchas especies).

eso no quiere decir que no esté de acuerdo con la politica conservacionista, en las que se invierten mucho esfuerzo y dinero, y que entienda que gran parte de responsabilidad en su extiención sea nuestra, pero es cierto que es una especie que, a mi parecer, nunca a puesto mucho de su parte.

en el pasado también había especies que desaparecieron por esta alta especificidad y no era el hombre el responsable... sin dejar de asumir nuestra responsabilidad, tampoco vamos a quemarnos en la hoguera por ello...

Sergio dijo...

Eehmmmm... Pues sí, bastante impopular, sobre todo para mí.

Es cierto que la especialización no es buena en el mundo natural si te encuentras ante cambios bruscos. Precisamente el lince ibérico se adaptó al cambio que supuso la retirada de los hielos en la última glaciación, ya que procede de los ejemplares eurosiberianos que quedaron en la Península Ibérica.

Es cierto que lo del conejo ha sido un golpe, pero los linces no mueren de hambre. Además, es considerado superpredador, no compite con nadie en su hábitat. Zorros, mustélidos y otros predadores no son rival ante el lince. Cuando hay poco conejo, se lo come todo el lince, los perjudicados serían los que están por debajo de él. El gran problema es la desaparición de su hábitat.

Sí, la misma desaparición de hábitat que cuando tuvo que adaptarse a la retirada de los hielos. Pero no podemos pretender que una especie evolucione en términos humanos. Es absolutamente imposible una evolución natural en medio siglo.

Entonces, siguiendo por esa línea, si el orangután no se adapta a la desaparición de las selvas de Borneo, pues es culpa suya. Si el gorila de montaña no aprende a vivir en los campos de cultivo, es problema suyo. Si el tigre no se adapta a vivir en las ciudades pacíficamente con los hombres, es problema suyo. Si las ballenas no se adaptan a que existan japoneses, pues es que son estúpidas....

No, estimado Samu, ese no es el camino... Lo que debemos hacer es lo posible para conservar lo que hemos destruido con nuestras propias manos. Nadie pretende que conservemos los dinosaurios, tuvieron su época y fueron seleccionados. Pero esto no es selección natural, es violación de la naturaleza, con fuerza y malas artes.

Has perdido puntos, ¿eh? ¡que lo sepas!

Eso sí, desde el cariño...