miércoles, 22 de julio de 2009

Esto está que arde

Un año más, llega el verano, y con él las noticias típicas del mismo: que si la operación salida, que si la ocupación de los hoteles, que si la televisión se convierte en (más) basura... y, sobre todo, por desgracia en este país, llega la noticia estrella: los incendios forestales.

No tengo cifras concretas, por lo que no puedo analizar si este año es peor o mejor que los anteriores, pero a mí cada hectárea quemada me duele como si fuera la última de monte en pie. Quizá sea mi titulación (aunque no profesión) de ingeniero de Montes, pero creo que de una vez por todas esto debería atajarse.

Y digo que debería porque pienso que es algo posible. Cierto es que hay accidentes, como en todos los ámbitos de la vida, pero en la mayor parte de los casos, toda esta destrucción sería evitable.

Y cuando digo evitable no digo subsanable. No voy a criticar las labores de extinción, que, al menos en algunas Comunidades Autónomas, es casi intachable. Pero sí voy a criticar el (nulo) trabajo que se hace en "temporada baja".

De todos es sabido que, por desgracia, en el monte se mueve muy poco dinero. Es por eso que no se emplean los medios necesarios para el mantenimiento del monte. La limpieza es fundamental entre las labores selvícolas a realizar. Un monte limpio es una discontinudad al avance del fuego. El desbroce, la poda y la retirada de restos son los pilares para evitar que un simple conato se convierta en un incendio de grandes magnitudes.

Y por otra parte está, por supuesto, la educación. La mayor parte de los incendios siguen siendo provocados. Por eso es labor de todos en principio educar a las generaciones futuras en el respeto a lo que nos rodea y eso implica tanto a las personas como al medio en el que vivimos. Y por otra parte es nuestra obligación el condenar y perseguir a los culpables de la infamia que supone la destrucción de tanta vida en tan poco tiempo.

Con un poco de esfuerzo por parte de todos (político, presupuestario, legal, judicial, educacional y social), se puede combatir la destrucción de la riqueza desconocida que tenemos en nuestros montes.




lunes, 20 de julio de 2009

Dejando huella


Un día como hoy, hace la friolera de 40 años, Neil Armstrong ponía su pie sobre la Luna, nuestro único, y, hasta ese momento, inaccesible satélite.

En un momento en el que la Guerra Fría enfrentaba a los Estados Unidos con la Unión Soviética en hacerse con el título de país más poderoso del mundo, el primero de estos países lanzó un órdago que ninguno de los dos estaba consiguiendo echar, aunque soñaran con ello. Así pues, Estados Unidos consolidó, con su llegada del hombre a la Luna, su primer puesto en el ránking de los superpoderosos, puesto que ya había conseguido 24 años atrás con una acción mucho más triste y desoladora: el lanzamiento de las dos primeras y últimas bombas atómicas de la historia sobre las dos ciudades japonesas de Hirosima y Nagasaki.

Según palabras del propio Armstrong, ese "pequeño paso para el hombre pero gran salto para la humanidad" fue el final de una frenética carrera contrarreloj en la que trabajaron sin pausa ambas naciones.

Mirando hoy atrás, no se puede decir más que fue una locura. Las posibilidades de éxito de la misión eran escasas, como demostró menos de un año después la misión del Apolo 13, la cual hubo de abortar el alunizaje ante el riesgo de muerte de sus tripulantes.

La propia misión del Apolo 11 no estuvo exenta de problemas, fallos y riesgo para la integridad de los astronautas, pero el riesgo valió la pena, se alcanzó la meta y con vuelta a casa incluida.

No sé si ya entonces (yo aún no había nacido) todo el mundo creyó como cierta la llegada a la Luna, pero desde hace muchos años he escuchado la conspiratoria teoría de que aquello no fue más que un elaborado y costoso montaje. Incluso se comenta que el artífice último de dicho montaje fue el director de cine Stanley Kubrick.

Yo, sinceramente, no lo creo. Y no es por las imágenes, los vídeos, o los datos, sino porque tengo fe en el género humano, en el progreso y en el afán de superación que nos ha llevado a cosas tan grandes en la Historia.

No olvidemos que llegaron seis misiones a la Luna, lo cual no sería necesario en caso de ser un simple montaje para demostrar la supremacía política, técnica y económica de Estados Unidos. Si bien es cierto que desde el año 1972 no se ha intentado volver, y que esto no obedece sino a intereses políticos. Hasta ahora no ha vuelto a ser rentable como lo fue hace 40 años. Pero hace unos años que la NASA está preparando la nueva llegada a la Luna, y ahora sí que obedece a intereses puramente científicos. Se está planteando la implantación de una base, el primer emplazamiento humano fuera de la Tierra. Esto sí que obedece al afán de superación de la raza humana, al espíritu de llegar más allá, de conocer más, de progresar un paso adelante en nuestra Historia.

A esta, como a otras iniciativas científicas que obedecen a estas aspiraciones, las aplaudo, pues pueden significar el avance de la Humanidad hacia lo desconocido, hacia lo que se oculta más allá de nuestras limitadas fronteras.




martes, 30 de junio de 2009

¡Nos vamos de boda!


El pasado mes de abril estuve en una boda. Para algunos puede que fuera una boda dentro de lo normal. Aunque yo pienso que cada vez este tipo de boda es menos frecuente. La boda era por la Iglesia. Un matrimonio en el que los dos novios eran creyentes, y se casaban por la Iglesia por decisión propia (sin influencias familiares) y convencimiento firme. Por eso afirmo que es poco frecuente. Pocas veces se ve últimamente este tipo de bodas. Cada vez más, las bodas en las iglesias se celebran con la intención de contentar a algún familiar (siempre la madre o la abuela), o por el simple hecho estético de celebrarlo en una iglesia, normalmente más vistosas que un simple ayuntamiento. Nunca entenderé este tipo de ceremonias, en las que ves que si alguno de los contrayentes ha pisado en su vida una iglesia, reniega de ello, o, en el mejor de los casos, ya no lo recuerda. Y después de la boda... pues ya volverá a pisarla en otra boda, o en el bautizo de sus hijos (muy bonitos también). Personalmente no lo comprendo, yo me sentiría muy incómodo teniendo que participar en un circo de esa magnitud, siendo yo el protagonista, y siendo el que menos sentimiento tuviera en esa situación.



En este caso el compromiso no era ante los esposos o ante los testigos. El compromiso se hizo ante Dios. Porque Dios es entendido como la fuente de todo amor, el Amor en mayúsculas. Y el matrimonio no es más que eso, la demostración del amor mutuo que llevaba a los novios a esa decisión vital, a llevar a cabo la vocación de pareja, de formar una nueva familia, que ambos sentían.



Siguiendo con la ceremonia, personal y subjetivamente, fue muy emocionante. Los novios prepararon todo, desde la celebración hasta los adornos de la iglesia. Una celebración hecha desde el corazón, con el sentimiento de que es un día fundamental en su vida. Y es que, además, aconteció otro hecho tremendamente inverosímil hoy en día: los novios aún no vivían juntos. Para ellos desde que vieron que su relación tenía futuro, y empezaron a pensar que ese noviazgo podía convertirse en una vida en común, estaba muy claro que el paso siguiente era casarse. De ese modo, la celebración de la boda resultaría mucho más especial. Suponía un cambio en sus vidas, no una celebración festiva más, no unos papeles firmados, sino un compromiso de vida. Una auténtica revolución en su día a día y en su rutina.



Y así, rodeados de familia y amigos, con una celebración íntima y personal, se desarrolló el paso que supuso el cambio más importante de sus vidas, que a partir de ese momento pasó a ser SU VIDA, la única, la que comenzaban en común a partir de ese momento.



Después de la celebración, gente que reniega de todo lo que tenga un ligero regusto religioso, gente que odia las bodas, gente que se pone enferma con solo pisar una iglesia, me comentó lo mismo: que había sido una celebración preciosa, que no se le había hecho nada larga y que había disfrutado como nunca en una boda.



Para mí, personal y subjetivamente, fue la más bonita que he vivido nunca. Sobre todo, me quedo con las siguientes palabras,



Donde tú vayas yo iré, donde tú vivas yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras yo moriré, y allí quiero ser enterrada. Y nada, ni siquiera la muerte, nos separará jamás.



que, la que hasta entonces era mi novia, y a partir de ese momento pasó a ser mi mujer, me dijo mirándome a los ojos frente al altar.




lunes, 22 de junio de 2009

Hace taaaaaaanto tiempo...

Es cierto, hace mucho tiempo que no escribo, ni siquiera me paso por aquí. Todo tiene su explicación. La explicación fundamental es el cambio. Cambio de vida, en general. Han sido muchas cosas que me han tenido demasiado ocupado como para tener tiempo de pensar un poco y dar rienda suelta a mis dedos para ser los fieles testigos de mi alma. Si hubiera escrito, no creo que hubiera podido expresar nada coherente, entre líos, nervios y demás alteraciones.

Pero no hay ausencia sin regreso. Por eso estoy hoy aquí, delante de mi nuevo ordenador, con mi nueva conexión a internet, en una de las nuevas habitaciones de mi nueva casa, sentado en mi silla nueva. Y claro, tanta novedad no puede sino traer nuevas ganas, nuevas ilusiones, nuevas ideas.

Por eso estoy hoy aquí (no es que me falten palabras, es que me gusta el recurso de la reiteración). Reitero, por eso estoy hoy aquí. Con el firme compromiso de retomar este blog, para que con un poco de suerte vuelvan mis (pocos) asiduos lectores, y con un poco más de suerte, captar nueva cibersangre a la que pueda dar un momento, aunque sea pequeño, de reflexión, de sonrisa, de ¡cómo no! cabreos varios, de luces o de sombras, de complicidades, frikismos, ilusiones o desilusiones, en fin, algo. Algo que toque el corazón, o siquiera lo roce como una breve brisa.

Por eso estoy hoy aquí, para volver. Tengo muchas cosas que he querido escribir en este tiempo, algunas las esccribiré, otras las guardaré en el cajón. Pero bueno, intentaré estar a la altura.

Saludos.


Sergio


Hombre de ciencia, hombre de fe

lunes, 12 de enero de 2009

A vueltas con los autobuses

El 23 de octubre publiqué en este blog una entrada en la que criticaba la campaña iniciada a favor del ateísmo y en contra de la religión, mediante una serie de anuncios en autobuses urbanos londinenses.

Pues bien, hoy abro el periódico (o más bien lo "clicko" con el ratón), y me encuentro con que de nuevo la noticia es actualidad. Esta vez los mensajes han llegado a España, apareciendo por lo visto en autobuses de Barcelona, y con intención de que aparezcan también en Madrid. Y no sólo es eso, sino que además, un grupo cristiano ha recaudado fondos para realizar su propia "contracampaña", lanzando mensajes en el mismo soporte publicitario en contra del ateísmo y a favor de la religión.





















En honor a la verdad y a mi intención de imparcialidad en muchos asuntos (o al menos el procurar no ser tendencioso y mucho menos radical), he de decir que tan absurda, deleznable, censurable y criticable me parece tanto una idea como la otra. La idea original (que por ser original tiene un punto más), me resultó como ya dije en su ocasión, pero ahora esta rabieta publicitaria por parte de grupos religiosos se me hace triste e igualmente lamentable.

Yo digo: señores (por decir algo), tanto de un lado como de otro, dejen a la gente en paz. Que cada uno piense, crea y viva lo que quiera, lo que sienta y con lo que se realice como persona. Dejen de invertir dinero, esfuerzo y medios en cosas tan ridículas como enviar mensajes con la clara intención de encabritar a los más ortodoxos (que también los hay del ateísmo). Procuren que la gente sea feliz, hagan el esfuerzo de hacer felices a los demás, no busquen la bronca fácil, la descalificación y la infamia.

Con el sentimiento de las personas no se juega, a mí me dolería que la gente me dijera que es ridículo amar a la mujer a la que amo, que es irrisiorio que quiera a mis amigos o que soy raro por querer a mi familia. Por tanto, creo que las autoridades competentes, que tanto se preocupan de la competencia desleal, de la publicidad discriminatoria, engañosa o subliminal y de sandeces varias, prohíban publicidad que atente contra lo más íntimo de las personas, publicidad que se hace con la clara intención de herir, publicidad que crea crispación social. Es una irresponsabilidad mantener este tipo de mensajes. Insisto, tanto de un lado como de otro.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Legado de una Tragedia

El pasado 16 de diciembre salió a la venta Legado de una Tragedia, el disco de la mayor ópera rock creada en España. Jacobo García y Joaquín Padilla (bajista y cantante y ambos compositores del grupo Iguana Tango) han escrito y producido este ambicioso proyecto que ha conseguido juntar a más de 40 artistas del rock español y latinoamericano.



La ópera rock está basada en la vida del escritor Edgar Allan Poe, y está estructurada en dos actos, Crepúsculo y Ocaso, en la que los artistas que han encarnado a personajes de la vida de Poe cantan a modo de narración la historia del escritor.

Este proyecto, en la línea más rockera de sus autores, han apoyado su historia en los datos ofrecidos por The Edgar Allan Poe Society of Baltimore, los cuales han apoyado el proyecto aportando toda la información necesaria para su creación.

Los artistas que han participado en la iniciativa son:

CANTANTES:
Leo (Stravaganzza) – Edgar Allan Poe
Toni (Sangre Azul) – La Muerte
Fernando Garcia (Victory, Godiva) – Talento de Poe
Joaquin Padilla (Iguana Tango) – Conciencia
Patricia Tapia (Nexx) – Virginia (esposa de Poe)
Beatriz Albert (Ebony Ark) - Tuberculosis
J.F. Bejarano (ex Cuatro Gatos) - John Allan (tío de Poe)
Lele Laina (Topo) - Dickens
Jose Luis Jimenez (Topo) – Dickens
Oscar Sancho (Lujuria) - Tabernero
Alfred Romero (Darkmoor) - Marcel Hölle. Enterrador
Nacho Ruiz (Perfect Smile, ex-Arwen) – Coronel del ejército
Elisa C. Martin (Dreamaker) - Marie Louise Shew
Dani Aller (Ars Amandi) – Soldado del ejército
Michel Molinera (Stafas, Canallas) - Borracho
Arancha (Stafas) - Prostituta
Ignacio Prieto (Atlas, Eden Lost, Reina de Corazones) – Auguste Dupin
Jacobo Garcia (Iguana Tango) – Padre de Poe
Kiko Hagall (Inn Trance, ex Beethoven R) - Reverendo Brandsby
Carlos Pina (Panzer) - Charles Fenno Hoffman
Falaise – Jans Cercueil. Enterrador

BATERÍAS :

Carlos Espósito (Stravaganzza)
Javier Martín (ex Antigua)
Kike Enriquez (Iguana Tango)

BAJISTAS :
Angel Arias (Barón Rojo)
Niko del Hierro (Saratoga)
Augusto Hernández (PielyHueso, ex Hamlet)
Daniel Criado (XXL) / Rafael Requena (Dr. Snake)
Jacobo Garcia (Iguana Tango)

GUITARRISTAS :
Pablo Garcia (Warcry)
Jorge Salán (Mago de Oz)
Paco Laguna (Obus)
Carlos (Mago de Oz)
Jero Ramírez (ex Saratoga)
Pajaro (Sobredosis)
Manolo Arias (Ñu, Niagara)
Luis Cruz (Topo)
Juanjo Melero (ex Sangre Azul, Universo Violento)
Ruben Villanueva (Ebony Ark)
Abel Franco
Paco Moreno (Ars Amandi)
Mario Garcia (Iguana Tango)

TECLADOS : Hugo Bistolfi (Rata Blanca)
Javi Diez (Arwen)
Daniel Serrano (Nonno)

A continuación, un pequeño adelanto:

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Navidad...

Por si alguien aún no se ha dado cuenta, hoy es Nochebuena. ¿Qué significa la Nochebuena? Pues bien, para el mundo cristiano, es la noche en la que nació Jesús. Históricamente hablando, no sabemos a ciencia cierta el día en el que ese Jesús de Nazaret nació, pues no existen datos ni anotaciones de ese nacimiento. Aunque como sí podemos saber casi correctamente el día de su muerte, la cual fue un viernes de abril, el día de su nacimiento es una incógnita, lo mismo ni siquiera fue en invierno. Simplemente, se tomó esta fecha porque existía una antigua fiesta romana el 25 de diciembre en la cual se celebraba el nacimiento del Sol. Por tanto, los primeros cristianos asumieron que el día del nacimiento del Sol era el día del nacimiento de la Luz. Para los cristianos no hay mayor luz que la de Cristo. Así pues, celebramos hoy el nacimiento de Cristo.

La Navidad ciertamente ha tomado unos carices comerciales exagerados, sobre todo en la sociedad capitalista. Y es que, al menos en España, la Navidad comienza cada año con más anterioridad. No ha llegado el mes de diciembre y los centros comerciales ya están llenos de luces, dulces navideños, guirnaldas, adornos, papanoeles y demás parafernalia roja y dorada. Los anuncios de televisión nos recuerdan que ya es Navidad con dos meses de antelación, para que compremos, compremos y compremos.

Esto provoca en cierta gente un gran rechazo hacia la Navidad en sí. Yo personalmente, siempre que alguien me pone la excusa del consumismo para decir que odia la Navidad, yo le digo: "tú eres libre, y puedes hacer la Navidad que tú quieras". Y es cierto, muchas veces nos vemos arrastrados por la corriente de lo que nos dicen que tenemos que hacer. Pero la Navidad es más que todo eso. La Navidad, aparte de una celebración, es un sentimiento. Cada uno desde su creencia personal, puede vivir la Navidad de una manera especial. Y me parece realmente hermoso que, aparte de la creencia que pueda o no tener cada uno, generalmente se crea un ambiente diferente en estas fechas. Me emociona que cuando te cruzas con un vecino con el que nunca te has hablado, te desee una feliz noche, o que vayas a comprar a la tienda de la esquina y te desee que seas muy feliz en estas fechas.

Por tanto, puedo afirmar que me gusta la Navidad. Personalmente celebro el nacimiento de la persona más admirable de la Historia, pero aparte de esto, me hace realmente feliz que la gente, por unos días, piense un poquito más en los que le rodean, se prodigue en sonrisas y en buenos deseos. Por eso, ójala todo el año fuera Navidad.

A todo el que me lea... ¡feliz Navidad!