martes, 30 de septiembre de 2008

Donde dije digo...

Hoy, camino del trabajo, iba leyendo el periódico. Concretamente el ADN. Cuál ha sido mi sorpresa cuando leo la siguiente noticia: "Olmert pide el regreso a las fronteras israelíes de 1967". Cuando quedan pocos meses para finalizar su mandato, el primer ministro israelí dice que deberían devolver a los palestinos los terrenos tomados desde ese año por el ejército israelí, es decir, los Altos del Golán, Cisjordania y parte de Jerusalén Este.


La zona ha sido centro de conflicto desde los albores de la humanidad, sobre todo Jerusalén, la ciudad tres veces santa (o tres veces maldita, según se vea). En la historia moderna, este conflicto ha estado protagonizado por el pueblo palestino y el israelí, con clara ventaja por parte de éstos, que han ido ganando terrenos a la fuerza ante la pasividad de la comunidad internacional. Ehud Olmert ha sido implacable con los palestinos durante todo su mandato, y ahora, cuando éste finaliza se le ocurre lo que a todos se nos había ocurrido antes: "¿y por qué no intentar la paz?".

Paso unas páginas y encuentro otra noticia: "
Blair pide incentivos para reducir el CO2".

Inevitablemente recuerdo la noticia que he leido en las páginas anteriores. Y me digo a mí mismo: "¿Otro?". Y la pregunta es un resumen claro de la siguiente: "¿Por qué cuando los políticos dejan de mandar atienden a la razón, al sentir común de los ciudadanos y al plantearse políticas de paz, compromiso con el medioambiente, solidaridad o hermandad?".

Esto me provoca sentimientos contradictorios, pues por una parte (la positiva) pienso que al fin y al cabo los políticos son seres humanos como tú y como yo. Es más, parece incluso que tienen el mismo sentido del bien y el mal que cualquiera de los pobres mortales que sólo nos quejamos a pie de calle, en las tertulias de sobremesa y discusiones con un par de cañas. Por otra parte (la negativa), me hace pensar que por muy humanos que sean, por muy comprometidos que se sientan y por muy claro que tengan lo que sería mejor por el bien de la humanidad, siempre serán políticos. Y por unas razones o por otras, harán lo que en ese momento sea mejor para ellos, para su economía, para su campaña, para el amiguismo con los otros, o Dios sabe para qué fines. Pero el caso es que nunca coincidirán con los valores que algunos pensamos que deberían defender.

Y ahora que están próximas las elecciones en Estados Unidos... ¿dirá George W. Bush que hay que hacer lo posible para que haya paz en el mundo?¿que es mejor que los ciudadanos de a pie no lleven un arma por la calle?¿que Al Gore tenía razón?. Nunca se sabe, estaremos atentos en las próximas semanas.

No hay comentarios: